Para comenzar, voy a contar que el lugar al cual me voy a referir, puedo asegurar que es el paraíso, o al menos lo más cercano que estuve de el.
Esos lugares a los que arrivas y ya tu estado de anímo cambia, donde hace calor pero es "el clima ideal", donde la humedad recorre cada rincón (y sobre todo para una mujer, su pelo), pero aún así... estás en el paraíso.
A mi parecer, estos lugares que quedan gravados en uno, en donde todo es perfecto, no sólo se llega a esa conclusión por sus paisajes o sus comodidades, ni por sus comidas o sus lujos, sino, por la calidad de su gente.
Desde que me levantaba para ir a desayunar, hasta que me acostaba agotada de un largo día de playa increíble, con un sol envidiable y una arena con la que podría cocinar cual harina, la gente estaba de buen humor, con sonrisas permanentes, con sus frases "a la orden" o "con mucho gusto" y una felicidad incesante.
Cuando vas a estos paraísos terrenales, miras y pensas lo diferente que se vive en tu ciudad, que calmo y que feliz esta todo ahí y me pregunto... Porqué no podremos vivir en las ciudades como se vive en esos lugares?
Mi experiencia fue la mejor, alrededor de gente que pareciera que se dedica y trabaja para que vos seas feliz constantemente, un lugar en el cual todo se trata de felicidad, y no solo para los turistas, sino que era reconfirmado por sus residentes.
Ese paraíso, ese lugar donde la gente es feliz , tiene nombre y se llama ARUBA.
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