lunes, 12 de octubre de 2015

...la decisión de viajar...(segunda parte)

No hace falta "largar todo a la m*****, porque nadie me entiende" para irse a crecer. Porque el crecimiento no empieza cuando te subís al tren o al camión, al micro, al auto, a la moto o a la bici. Empieza adentro nuestro mucho antes, acá, adonde nos tocó crecer, y de donde nos toca partir.
En mi caso, me produce mucha felicidad contar que mi viaje lo empiezo sola y no tiene destino, pero si tiene orientación Norte. Desde el Conurbano de Buenos Aires, Argentina, me dirijo hacia la provincia de Córdoba, y luego subiré pasando por las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy. Al encontrarme con la frontera de Bolivia, decidiré si la travesía sigue.

Por qué? Para qué?
Los chicos de Cultura de Viaje ya hablaron en otro articulo de la magia de la vida en comunidad. Y también de la necesidad, que yo comparto con ellos, de ver el amor del ser humano a la luz, a flor de piel. Ayudando a armar una carpa en medio de una tormenta sin saber datos que a veces nos parecen mayores pero no lo son, brindando información solo porque el otro la necesita, cocinando juntos, armando un fogón para que nadie pase una noche fría, tocando música para que les llegue una caricia al corazón a mas de uno. Aprendiendo a contemplar la naturaleza y sus detalles mas efímeros.

Absorbiendo todo lo que se pueda de otras costumbres. Mezclándose como si no existiesen las delimitaciones geográficas ni culturales. Todas estas cosas no suceden cerca nuestro. Tampoco suceden permaneciendo en un mismo lugar. Tenemos la certeza de que el ser humano es amor, es verdad, y que es mas capaz de lo que vivir en sociedad nos deja como aprendizaje.
Intento no proyectar sobre este viaje. Siempre está bien pautar un rumbo, un destino, saber con cuanto dinero uno necesita y quiere irse, saber en que lugares va a parar unos días, etc.
A nivel personal, la única expectativa que tengo, es que este viaje me enseñe a soltar. A soltar lo que permanece acá en Buenos Aires, en el barrio de Canning, Esteban Echeverría. Mi familia. Mi perro. Mi gata. Mis vecinos. La señora del almacén que cobra todo tan caro. El señor que me infla la bicicleta bastante seguido y es muy simpático. Los chicos de la banda. Mis amigos. Mis bellos seres...
A enseñarles a aquellos que me tienen muy adentro, a soltarme a mi también mientras yo los suelto, pero a la vez me los llevo en el alma. A enseñarles que el miedo es nuestro enemigo mas inmenso. A soltar experiencias que me atormentan, A soltar el miedo a mis propias sombras. A convivir con ellas. A llorar y sentirme mejor. A conocerme en profundidad. A saber apreciar lo mas pequeño y lo mas hermoso. A cruzarme con personas y saber escuchar lo que tienen para decirme, saber ver lo que tienen para enseñarme. A enamorarme de las personas, de su belleza, y dejarlas ir...porque así quizás lo dicte el universo. A dar lo que sé como un regalo. A ser verdaderamente rica. A ser feliz en cualquier lugar físico del mundo. Porque soy mas, mucho mas, de lo que el sistema me enseña a ver de mi misma. Porque el mundo no es lo que nos rodea por defecto. El mundo hay que salir a buscarlo, y el mundo nos va a mostrar el daño que le hacemos y al mismo tiempo lo bello que puede llegar a ser si la conciencia humana se despierta y habla por sí sola al fin.



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