Hace unos meses atrás tuve la suerte de compartir una semana en Córdoba con cinco escuelas rurales de la ciudad de Paraná, Entre Ríos.
Niños de entre 11 y 12 años nos enseñaron el amor por las amistades, por el trabajo, por la escuela y entender el valor de quienes nos acompañan.
Tengo una visita pendiente, a esas personas hermosas que me abrieron su corazón, con las que nos reimos y lloramos.
Que los niños viajen, que se encuentren y desencuentren, que extrañen, que vivan, hace que todo aquello que tenemos, y no hablo de cosas materiales, tome otra dimensión, otro valor, hace darnos cuenta de cuales son las cosas mas importantes en la vida.
Viajar sigue siendo mi filosofía de vida.
Ciertamente es muy importante conocer otros puntos de vista, amplía la conciencia y hermana con los que se encuentran en el camino. Mi deseo es que continúen aprendiendo e interactuando por donde los lleve el camino.
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